Atención, ¡novedad!
Cada día 1 de mes voy a compartir por aquí un email de los que mando a mis angeliters.
Como este mes ha caído en domingo y yo me tomo muy en serio el día del señor, he aplazado la publicación a hoy lunes.
Hecha la aclaración, te dejo el correo que envié el 4 de noviembre de 2019 y que tenía por asunto:
«Aprende marketing de rabiosa actualidad con historias de pop viejuno».
Espero que te guste.
| Un hecho curioso y random sobre mí es que me encantan los falsetes y los coros. Es oír un tururu, un trala lala, un ah ah o un yeh yeh que esa canción ya tiene muchas papeletas para que me guste. También admiro a los hombres a los que les entra la vena castrato y se marcan sus falsetes sin sentir que su masculinidad está en peligro de extinción. Este gusto lo desarrollé de bien pequeña y por eso a los diez años empecé a escuchar a los Beach Boys compulsivamente. Los Beach Boys siguen siendo uno de mis referentes y si escuchas God Only knows y no te emocionas ni un poquito… pues háztelo mirar. Ya que estoy con los chicos de la playa, déjame que te cuente algo sobre el Pet Sounds. Brian Wilson compuso este disco en 1966 como respuesta al Rubber Soul de The Beatles. Escuchar este disco supuso un antes y un después en la trayectoria del grupo porque Wilson decidió que estaba hasta la pepitilla de hacer surf de consumo fácil. Total, que tras escuchar el disco apagó el peta y le dijo a su mujer: “Voy a hacer el disco de rock and roll más importante de la historia”. Ahí es ná. ¿Lo consiguió? Pues el público de la época no entendió el giro del grupo y la aceptación no fue la que Wilson esperaba. El pobre se disgustó un montón y sufrió lo suyo. Pero a día de hoy nunca falla en los listados de mejores discos de pop de la historia. Y además es el favorito de Paul McCartney, quien ha confesado que ha llorado muchas veces escuchándolo y que fue su principal influencia a la hora de grabar el Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band. Yo, si fuera Wilson, me sentiría flotando entre nubes ante algo así. Mira, te cuento todo esto porque me parece un ejemplo maravilloso de cómo observar e inspirarte en tu competencia sin convertirte en una copia descarada. Estos dos grupos se seguían la pista muy de cerca. Se admiraban y a la vez eran rivales. Cada disco del otro les servía de inspiración para dar un paso más y abrir caminos que hasta el momento nadie había ni siquiera intuido. El resultado son discos cojonudos, de los que hacen historia. Sé que a día de hoy es muy difícil destacar entre los millones de empresas del mercado global, entre los millones de webs de Internet. Pero eso no significa que tengas que resignarte y sonar igual que todos los demás. Para eso estamos los copys. Para investigar a fondo tu empresa y tu competencia y ayudarte a encontrar tu propia voz. Ese gorgorito que te hace único, ese registro agudo al que no llegan tus contrincantes. Porque destacar te hace memorable y ser memorable te hace vender. Así que si aborreces el reggaeton y eres más de pop barroco, o de electroclash, o qué sé yo, de zarzuela pues escríbeme y entre los dos encontraremos tu tono. Nada más por hoy. Abrazos acaramelados, Angels P.s. Dato: Brian Wilson también buscó ayuda y fichó a Tony Asher, coautor de 9 de las 13 canciones del Pet Sounds. P.s. Ya sabes, todo es mejor “with a little help from my friends”. |