Que ya sabes lo que es el copywriting lo tengo clarinete porque me consta que eres muy aplicado e investigas sobre el tema.
El storytelling pues seguro que también lo conoces. Es la narrativa de toda la vida de dios.
El arte de contar historias, que dicen por ahí.
La chicha del storytelling es que es una herramienta muy potente para conectar con tu audiencia a nivel emocional.
A la hora de transmitir un mensaje, el storytelling es más efectivo que simplemente plantarte ante el público y exponer por qué lo que tú vendes es la mejor opción del mercado.
Que por cierto, eso aburre hasta a las piedras.
Compruébalo tú
Tenía ya este post medio escrito con la típica explicación detallada de todo lo que el storytelling puede hacer por ti, pero acabo de tener un momento de inspiración y he cambiado de idea.
Te voy a poner un ejemplo de cómo lo uso yo.
Esto que sigue es la newsletter que he enviado hoy a mi lista de suscriptores.
A ver qué te parece:
Hoy estoy de fiesta. Mi hija, la pichufla, cumple dos años. Dos años desde que gracias a un cóctel explosivo de oxitocina sintética y anestesia epidural me la sacaron con espátulas. Cuando vi las espátulas pensé que me iban a servir a mi hija en ensalada y que parir era un pifostio. Pero iba bastante colocada, la verdad. El caso es que hoy hace 730 días que la pichu va por el mundo dando guerra. Su situación vital ahora mismo se enmarca en lo que los sesudos expertos en crianza llaman “los terribles dos años”. Este concepto se refiere, básicamente, a que un niño de esa edad es una bomba de relojería. En un segundo puede pasar de estar súper-mega-feliz a montarte un pollo nivel DEFCON 1 porque no le has servido la leche en la taza de los ositos. Esto no es porque sea un pequeño tirano cabrón. Aunque lo parezca. No, ya sabes que los niños son seres de luz y que si se enrabietan es por motivos justificados como: – la llegada de la autoconciencia, – la dificultad para aceptar cambios, – la intolerancia a la frustración, – Y sobre todo, la incapacidad para comunicarse como dios manda. Que si lo piensas, pues es bastante putada todo ello. Bien. Mi hija lo entiende todo desde hace tiempo y poco a poco va soltándose en el habla. ¿Y sabes cuáles son sus palabras favoritas? No, Papipig y QUIERO. Está todo el santo día con el quiero esto, quiero lo otro, I want it all and I want it now. Me saca de quicio, pero a ella le funciona y así la tengo, haciendo llamadas a la acción 24/7. Que si no fuera porque me he leído 89 libros sobre crianza pensaría que me ha salido copywriter. Vale, ¿y qué lección puedes sacar de esta niña de dos años tan salerosa? Es tan obvia que hasta me da vergüencita escribirla, pero tengo que ponerle la guinda al email. No racanees con las llamadas a la acción en tus textos. Nunca. Da igual si son para la web, redes sociales, emails, posts… Tú pide por esa boquita y verás cómo te pasa lo mismo que a mi hija: recibirás bastante más que si no hubieras pedido nada. Hazlo sin complejos ni remordimientos. Tal que así: Si te ha gustado este correo, me hará mucha ilusión que me contestes y me cuentes algo sobre ti, como qué sección de tu web llevarías a Cámbiame o cuál era tu Spice Girl favorita. También me vendrían bien ideas sobre cómo llamar a los miembros de esta comunidad, entre los que, para mi gran fortuna, te encuentras. ¿Qué te parece los Angeliters? Ouh yeah. Lo leo y me descojono, igual hasta me lo quedo. Nada más por hoy. Hasta dentro de muy poquito, te deseo salud y acción a raudales. Un abrazo, Angels P.s: mi llamada a la acción, aunque enmarcada dentro del contexto ejemplo chorra, es 100% sentida y sincera. |
¿Has llegado hasta el final?
Espero que sí.
Y también que leyendo este correo te haya quedado claro por qué usando el storytelling tienes más posibilidades de que te escuchen y, por tanto, de que te compren.
Dame veneno que quiero morir
Y como además de ver un ejemplo de storytelling también has aprendido que siempre tienes que introducir alguna llamada a la acción en tus textos, ahí va la mía.
Mis correos son la joya de la corona de mi estrategia de contenidos. Disfruto como una enana escribiéndolos y creo que se nota.
Así que si quieres recibir más emails como este, apúntate a mi lista. Tienes la caja de suscripción al final del post.
Recibirás una serie de 6 correos que son parte de mi embudo de ventas y newletters como esta 2 o 3 veces por semana.
Si te cansas, te borras y listo.
Pero te prometo mucho de esto:

Hasta la próxima, te deseo salud e historias chachis.
Y recuerda, formulario de suscripción aquí abajo.