Un año de emprendimiento digital. Aprendizajes de una copywriter freelance.

Hoy es 15 de mayo.

Del mes de mayo más raro de nuestras vidas.

En pleno proceso de desescalada del confinamiento que empezó hace dos largos meses por culpa del puñetero COVID19.

Cuando armé mi calendario editorial en enero no podía imaginarme que me iba a sentir tan rara escribiendo esto.

Este, que es un post de celebración por mi primer año como copywriter freelance, lo escribo con esa sensación de irrealidad que se instaló en nuestras vidas en marzo y que lo tiñe todo de incertidumbre.

Aun así, sigo adelante con lo planeado y vengo a dejar por escrito los 8 aprendizajes fundamentales que me llevo después de un año buscándome las lentejas en Internet.

Por si te sirven de algo.

Ten en cuenta que los voy a redactar obviando el tema del COVID y del confinamiento.

No sé si es lo más adecuado, pero no me siento capaz de decirte cómo organizar tu emprendimiento en medio de una epidemia. No doy para tanto.

Dicho esto, ahí van los aprendizajes.

The Final Countdown

1. Ten muy claro con quién quieres hacer negocios

Lo primero de todo.

A pesar de que de esto se habla mucho en marketing, me da la impresión de que la aproximación que hacemos muchos emprendedores al cliente ideal es demasiado superficial.

Yo la primera.

De hecho, todavía estoy trabajando en desarrollar un perfil válido para mi negocio por no haberle dedicado más materia gris al principio.

Y me refiero a que más allá de si queremos trabajar con hombres, mujeres o persones, treintañeras o prejubilados, de si escuchan podcast en el coche o los domingos piden pizza, hay un mundo de datos de mucho más calado al que dejamos de prestar atención.

Así que mi consejo es que pienses primero en lo que más te gusta hacer por si en tu caso te conviene especializarte en un servicio en lugar de en un sector.

Si optas por esto (y por ejemplo decides hacer solo embudos de venta) luego deberías identificar sectores o profesiones que puedan requerir tus servicios y que, además, tengan pasta.

Si por el contrario, por tu experiencia laboral anterior (o por lo que sea) quieres centrarte en trabajar solo para un sector te recomendaría que valides antes que tengan necesidad de copys, y de nuevo, pasta.

Y lo que sigue a continuación vale para los dos casos.

Lo que marca la diferencia, en mi opinión, es identificar correctamente a la hipotética persona que te contrataría y pensar a fondo sobre qué le podría mover a tomar acción.

Dicho así parece fácil, pero requiere tiempo, investigación y uso cerebral.

Creo que lo que te voy a decir para cerrar se lo leí a Isra Bravo, no estoy del todo segura, pero era algo como, “es mucho más rentable quedarte toda la noche sin dormir pensando en lo que le preocupa a tu cliente que dándole vueltas a tus problemas”.

Ahí queda eso.

2. No pierdas el tiempo

Sé que es difícil, pero céntrate, maifren.

Si es la primera vez que trabajas desde de tu casa es muy (pero que muy) fácil que pierdas más de una hora de tu jornada laboral haciendo tontás quehaceres domésticos.

Lavadoras, bajadas innecesarias al súper, pelusas que te hacen ojitos… Son muchas las distracciones que te pueden apartar de tu ordenador y engullir como un remolino de agua hasta quién sabe cuándo.

Así que planifica con antelación tu jornada e incluye estas tareas en la agenda si no te queda más remedio que encargarte de ellas.

Respeta los horarios como si fueran ley y no te dejes seducir por la tentación de ordenar tu ropa por colores cuando no te apetezca mandar un email o llamar a un cliente.

Ah, y vístete. Tu productividad te lo agradecerá.

Yo «actualizando el blog»

Una herramienta que me ayuda tremendamente a controlar en qué invierto el tiempo es Kanban Flow, que combino con una agenda de papel de toda la vida

Tip final: si no hay manera de que saques el trabajo adelante desde casa y todavía no te da para pagar un coworking, en las bibliotecas se está la mar de bien.

3. No estés sola: haz equipo

Fundamental. Busca compañeros de fatigas.

Compartir historias del día a día, consultar dudas, dar y recibir ánimos, comentar ideas, cotillear sobre el sector… Es de vital importancia.

Primero porque si no te relacionas con nadie puedes acabar como la loca de los gatos.

Segundo, porque vas a necesitar a alguien que hable tu mismo idioma.

Alguien que esté recorriendo tu mismo camino, sepa lo que es estar pensando continuamente en el negocio y no te ponga caras raras cuando le digas “¿Has visto el último embudo de Vilma Núñez?”.

Y esto es más que probable que no lo encuentres en tu entorno más cercano, así que haz piña.

El padre de un copywriter cualquiera

Además, creo de verdad que el no estar solo influye lo suyo en cómo te van las cosas. Ya sabes, sumar enriquece.

En mi caso, he tenido la suerte de apoyarme en tres compañeros que no solo escriben de fábula y me dan muy buenos consejos profesionales, sino que también me aportan lo suyo en lo personal.

Son mi querida rockera Laura Mon, mi mod favorito Pedro Carreño y mi gurú milenial Joan Marco.

Gente guay para negocios chachis.

4. No te apuntes a todas las redes sociales del momento

Esto es una opinión muy personal y habrá gente a la que le parezca una locura lo que voy a decir, pero allá va.

Elige un canal (o dos) en el que compartir tu savoir-faire  y dale a tope.

A no ser que seas una máquina de generar contenido para cada plataforma y te lo ventiles en un periquete, céntrate.

Alimentar y gestionar las redes lleva mucho tiempo.

Y es algo de lo que no vas a ir sobrada, créeme.

Así que, en mi opinión, lo más efectivo es que detectes por dónde se mueve tu cliente ideal y apuntar ahí todas tus flechas.

(O que lo delegues a un community manager si te lo puedes permitir).

5. No pierdas el norte siguiendo a tropecientos copywriters

Esto es normal al principio.

Te puede la (lógica) inseguridad y te apuntas 28 newsletters y empiezas a seguir a 31 referentes en redes sociales con la aspiración de aprender de los que saben más que tú.

Y aunque esto tiene su parte de sensatez y sí recomiendo practicar un poco de ingeniería inversa, te advierto de que también tiene su parte negativa.

Primero, porque puede minar tu confianza al ver todo lo que te queda por hacer.

Que si Fulanito tiene 3.425 seguidores, que si Menganita ha salido en no sé cuántos podcasts, que si Zutanito ha dado 24 charlas en un año…

Bajona y desmotivación asegurados.

Y segundo porque corres muchísimo peligro de acabar copiando el estilo de estas personas en las que te inspiras.

Es inconsciente la mayoría de veces, pero pasa.

Es fácil acabar sonando igual que tu competencia, copiar sus mensajes y calcar sus métodos de atracción de clientes y venta.

Esto no es bueno para ti ni es bueno para el sector.

Porque ¿con qué autoridad les vas a decir a tus clientes potenciales que su webs son como todas las demás?

Mal asunto para un copywriter, así que mucho cuidado.

Así que te recomiendo que elijas bien a tus dos o tres referentes y les sigas la pista sin obsesionarte.

6. No tengas miedo a ser diferente

Otro de los topicazos del marketing digital y muy relacionado con el punto anterior.

Sé que es difícil sonar diferente en un sector tan saturado como este — y tampoco es algo que debas forzar.

No se trata de crear un alter ego con una personalidad definida (el infoproductor hecho a sí mismo, la emprendedora empoderada, el copywriter sobrado, etc.), sino que procures salirte de los mensajes más comunes y seas tú mismo a la hora de comunicarte.

Si eres una persona seria, no te esfuerces en parecer gracioso para caer mejor.

Si te va el humor, pues utilízalo y no te reprimas por miedo a parecer poco profesional.

Si no te gustan las redes y tú lo que quieres es hacer marketing de guerrilla, adelante.

En definitiva, no te encorsetes ni tengas miedo a explorar. Internet es muy grande y te aseguro hay público para todos.

Y además, la gente que se sale de la norma es la que más llama la atención.

No fear.

Pa mí la roja

7. No dejes de formarte

Fun-da-men-tal.

Sí, la experiencia es un grado y no hay mejor escuela que la práctica, estoy de acuerdo.

Pero no olvides que como copywriter, tu activo más valioso eres tú mismo, así que cuanto más valor aportes a tus clientes, más cotizados estarán tus servicios.

¿Te estoy sugiriendo que caigas en la fiebre de la compra compulsiva de infoproductos?

Para nada.

Y ojo porque al principio es inevitable darle duro al coleccionismo de lead magnets e infoproductos de pago para intentar aprender cuanto antes tooooooooodo eso que te falta por saber y sin lo cual no tendrás un negocio digital en la vida.

Facebook Ads, Google Ads, embudos de venta, diseño web en Wordpress, email marketing, lanzamientos, gestión del tiempo, control financiero, Photoshop, cómo delegar, cómo invertir, meditación para emprendedores, alimentación inteligente…

Hay todo un mundo de conocimiento ahí fuera y lo más normal es acabar abrumado con tanta información.

Por eso te recomiendo que pienses bien qué es imprescindible que controles para empezar a rodar y que te pongas límites.

Si te lanzas con mil cosas a la vez lo más probable es que no termines (ni domines) ninguna.

Así que lo mejor es ser práctico, selectivo y disciplinado.

Si te compras un infoproducto, no pases a otro hasta que lo termines. No encargues tres libros antes de acabar los tres que tienes en la mesilla.

En resumen: orden y constancia.

Pero no dejes de aprender, y si puede ser sobre una sola cosa, mejor.

Tip final: si eres copywriter en proceso, una de las cosas que mejor funciona es copiar a mano cartas de ventas, emails o anuncios TOP de grandes copywriters.

De hecho, este consejo para aprender se lo he leído a grandes copywriters. Dicen que es una manera muy efectiva de integrar en tu cerebro cómo se escribe para persuadir y vender. Y además, es gratis.

Yo no sé si la gente lo termina haciendo pero yo por si acaso…

Carta de ventas en la que llevo ya 6 horas de escritura… y lo que me queda.

8. No te lo juegues todo por emprender

He querido dedicar el úlimo punto a desmentir las decenas de mensajes que leo a diario que vienen a decir que esto de emprender es jauja.

Esto NO es así.

¿Que hay gente a la que le va bien desde el principio?

La hay, no lo dudo.

Pero las circunstancias de cada uno pesan mucho a la hora de lanzarse y no es lo mismo empezar desde cero y sin contactos que con cierto rodaje y colegas dispuestos a echarte un cable.

No es lo mismo emprender con una estabilidad financiera que hacerlo obligada por una mala situación económica (si no encuentro trabajo me lo invento).

Y tampoco se puede comparar a las personas que han hecho un par de cursos en lo que sea con las que llevan años trabajando y formándose en lo mismo.

Así que desconfía de todas esas promesas de prados más verdes a la vuelta de la esquina porque esto cuesta.

Cuesta meter cabeza, cuesta sacar clientes de la nada y cuesta conseguir una estabilidad.

O igual es que yo soy muy pardilla y no he sabido montarme en el dólar en 6 meses, que también puede ser.

En ese caso quizá no deberías hacerme demasiado caso. Pero eso te dejo a ti que lo valores.

Dicho esto, doy por terminado el post sobre mis aprendizajes de novatilla. Si te sirven para aclarar alguna cuestión que te ronde por la cabeza me doy por satisfecha.

El día 1 vuelvo por aquí para compartir algún correo de la newsgeliter.

Hasta entonces, besis con sabor a fresi.

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